Disfrutamos de una etapa en Buitrago llena de anécdotas y buen humor, comenzando con frío pero terminando con sol y calor. Aunque siempre aparcamos frente a una gasolinera, el ambiente y la compañía lo compensan. Salimos con algo de retraso, atravesamos charcos, empujamos bicis y vivimos momentos surrealistas como el cruce del río y el encuentro con un “indio cheroqui”. El ritmo fue variado, con bromas entre compañeros y desafíos como la subida a Peña de la Oliva. La Komootputada nos llevó por caminos imposibles, pero logramos llegar todos al final, donde nos esperaba el bar y nuestras bebidas favoritas. Si la lluvia lo permite, repetiremos la aventura la próxima semana.
- Parada: al final, El Andarrio
- Participantes: 9
- IBP: 65
- Pausa: 00:50
- Dificultad: 3/5
- Incidencias: ¿?
CRÓNICA ETAPA BUITRAGO
Mereció la pena cambiar el día, aunque frio por la mañana, 6 grados al salir de casa, acabamos con 22 grados.
Que bonito debe ser Buitrago, con sus murallas, su castillo, sus calles peatonales; debe ser increíble porque siempre aparcamos frente a una gasolinera 😂😂. La verdad es que se aparca fenomenal y tenemos el restaurante en frente, aunque hoy Rubén abrió con 10´de retraso y es que ayer cerró a la 01:00, así que hay que disculparle.
Antes de las 09:00 ya estábamos la mayoría allí y fuimos a tomar café los que no habíamos cagado, osea todos.
Salimos con tres minutos de retraso sobre el horario previsto por la organización y nada mas salir ya estaba «La Flotilla» en un charco mitad agua, mitad cagada de caballo.
A pesar del frio, la primera hora tuvimos un par de «empuja bicis» que hasta Marisa entró en calor.
El ritmo era normal, hasta que Paco empezó a picar a nuestro representante de Atención al Cliente en Enchufados SL; ni mas ni menos que Don Pedro Vázquez, un espíritu libre que hoy tenía ese día entre relaciones públicas y doctorado en Inteligencia Emocional.
Pasamos Pinilla de Buitrago y en un cerrar de ojos Navarredonda donde uno de los contendientes empezó a dar signos de revolución gastro intestinal con un esfínter abierto que no le dejó tranquilo en todo el camino.
En Navarredonda no estaban los burros del Pedro, así que nos dispusimos a subir el único puerto de montaña de la etapa. El presi iba grabando y en mitad del pelotón, por arriba Pedro, Paco, Jose y Draker jugándose las medallas. Detrás estábamos el resto esperando mejor ocasión y así en otro cantar nos pusimos en el alto de Peña de la Oliva, con varios bancos de madera donde apreciar el paisaje.
Adolfo-Adolferas saca el dron y los muy cabrones quiere que haga un 360º cuando a nuestra espalda había un precipicio, lo cual lo dejaba fuera de juego.
Bajada de la «Trialera azul Manolo» que realmente solo tiene un paso con cierta dificultad y el resto radica en averiguar que hay debajo de esa alfombra de hojas de roble.
Al rato pasamos abím Villavieja, donde vino el momento cumbre de la etapa. La Komootputada. Estaba ya hasta los mismísimos de corregir a Komoot y esta vez decidí dejarlo y hacer un gilipollas a la enésima potencia. Bien es verdad que el track iba al otro lado de la valla, pero decidimos seguir por el lado erróneo. He visto gente sin bicicleta en el Himalaya que iba por sitios mejores que nosotros. La huella vacuna marcaba el camino para casi todos, y digo casi, porque Jose I de San Sebastián y V de Santo Domingo, hizo un recto en bajada hacia el río que en menos de un minuto había desaparecido del mapa.
El momento, momentazo estuvo cuando intentamos vadear ese río casi sin agua. Al final cada uno lo cruzó por donde le salió de los cojones, excepto la niña.
Ahora tocaba utilizar el «Botón 112″, también llamado walk, para escalar hacia la pista. En ese preciso momento apareció un indio cheroqui con nombre español y dijo *Yo me llamo JO-SE» ¿ y VOSOTROS?. Con voz aguda y melodiosa Miguel contestó «NOSOTROS SER DEL VII de CABALLERÍA y estamos aquí haciendo el gilipollas, gracias al Coronel Antoñito, que como salga de esta le corto los huevos». Yo que me encontraba empujando mi yegua y sudando como un cabrón, me escondí entre las zarzas, para luego abrir el «ZARZO» como así indicaba en una puerta de mas adelante. El I+D del Coronel fueron 750 m y nos costó 22 minutos.
Voy a llamar a Zelensky para que lo contrate.
Pasados los 22 minutos nos juntamos todos y a ritmo nos fuimos hasta el destino, no sin antes pasar por otra yeguada que parecía a las películas de vaqueros cuando las tribus indias de Toro Sentado estaban cabreadas, por Dios, nunca he visto tanto caballo junto.
El final ya os lo sabéis, vuelta al bar, donde esta vez hubo Aquarius, Té Verde, Cerveza 0,0, Coca Cola y el único decente el Adolferas que no perdonó el zumo de cebada.
La próxima semana y si la lluvia nos respeta volveremos a las andadas.
Besitos.
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