Aunque en Madrid y en San Agustín hacía un día estupendo, al llegar a Garganta de los Montes el día empeoró y amenazaba lluvia. Algunos enchufados no quisieron correr riesgos y Quique casi se queda sin gente. De los 13 que iniciamos la ruta, algún os se tuvieron que volver por una causa u otra. Afortunadamente no llovió y la excursión resultó muy agradable y, como es habitual con Carlos, estuvo aderezada por unos sabrosos torreznos.